jueves, 2 de agosto de 2007

DETECTA TU SENTIMIENTO DE CULPA

Cuando empiezas a ser consciente de que estás viviendo de una forma que no quieres, porque no la sientes adecuada para ti, es cuando comienzas a ser responsable de tu vida y das el primer paso para ejercer tu voluntad.

Es muy importante que te reconozcas en el error pues significa la disolución de tu conflicto interno. Esto es contrario a tu actitud de continuar viviendo en conflicto proyectándolo en los demás. Obsérvalo en el siguiente esquema:


CREENCIAS


Basadas en el dolor Basadas en el amor


Sientes miedo Sientes felicidad


No eres feliz Extiendes la paz a las
personas que te rodean


Te contradices entre lo Todo está bien
que crees que eres y
lo que eres.


Te causas conflicto


No crees en ti


Reconoces que estás
en un error


Analizas la disociación
entre tus pensamientos
y tus actos.


Detectas tu conflicto


Entiendes por qué
tienes ese conflicto

Cuando reconoces que estás en un error, ya es evidente que quieres salir de él. Por tanto, el análisis dirigido a que conozcas la dualidad entre tus pensamientos y tus acciones va a darte una visión clave de dónde estás ahora mismo.

Así, es imprescindible que, como primer paso, reconozcas cómo alimentas la culpabilidad en tu voluntad. Y te resulta útil conocer:

. Los factores que indican tu creencia en la culpabilidad.

. Las fases que desarrolla un sentimiento de culpa.

. Los efectos de la culpa.



INDICADORES DE CULPABILIDAD

La culpabilidad es un estado mental concreto que se refleja en todo lo que haces, en cada una de las experiencias de tu vida. Podemos hacer una lectura de tu sentimiento de culpa observando:

. Tus creencias básicas.
. Tu concepto sobre ti mismo.
. Tu concepto sobre los demás.

De tus creencias básicas desarrollas tus ideas y tus pensamientos te definen. Tus pensamientos básicos “culpables” son:

. Crees que mereces castigo.
. Crees que no mereces amor, que lo tuyo es la soledad y no vivir junto a nadie.
. Estás continuamente enfadado.
. Estás resentido, en general, contra todo y contra todos, pues te parece que todo confabula en tu contra.
. A pesar de que te consideras “bueno”, rechazas a los demás porque te parece que se aprovechan de ti.
. Te enganchas a emociones que no te dan paz, como la rabia y la depresión. Son aspectos de tu conflicto interno que te llevan a creerte inútil y que tu vida no tiene razón de ser. Crees que, para ti, lo peor está aún por venir.

Tu comportamiento contigo mismo es otro indicador de tu sistema de creencias:

. No te comportas con tu cuerpo y con tu mente como debes.
. Te enfadas contigo por las experiencias que vives.
. Te evades de ti mismo a través de las adicciones: Sexo,
droga, trabajo, dinero, alcohol, poder, política, fútbol,
televisión, etc.
. Te sientes insatisfecho por tu pasado y con ansiedad por tu futuro. Repites las experiencias que viviste en el pasado.
. Necesitas controlarlo todo.

Y, también, tu comportamiento con los demás da una lectura clara de tu limitación en la culpa:

. Crees que tú lo haces todo perfecto y que los demás lo hacen todo mal.
. Siempre estás interpretando el comportamiento de los demás.
. Crees que los demás tienen mucho por cambiar. En los demás sólo ves defectos.
. Deseas que todas las personas que te rodean apoyen tus opiniones. Crees que si todos pensaran como tú, el
mundo sería otra cosa.
. Exiges a los demás que satisfagan tus deseos.


FASES DEL SENTIMIENTO DE CULPA

La primera fase del sentimiento de culpabilidad es la creativa. Es una toma de conciencia para solucionar tus posibles errores. La segunda fase es la depresiva, que es una deformación de la fase creativa:

1- CREATIVA
Asumes que eres responsable de actitudes que te causan conflicto a ti y a otras personas. Y te esfuerzas en cambiarlas.

2- DEPRESIVA
Tratas de ignorar tu voluntad de no entorpecer la vida de los demás ni la tuya. Aunque no das importancia a esos remordimientos, con el tiempo se te acumulan y te lamentas. Interiormente te autocriticas por lo que haces y por lo que no haces, para, automáticamente, extender esa crítica a los demás a través de:

. El enfado.
. Potenciar la separación entre las personas, entre los que están contigo y los que están contra ti.
. La crítica y los juicios.

El sentimiento interior de culpa se te puede convertir en una lucha interna tan fuerte que creas necesitar ser castigado, aunque no entiendes muy bien por qué, para liberarte. Así, te creas un círculo vicioso de infelicidad que te deja sin autoestima.

Si consideras que no tienes errores y responsabilizas de corregir lo que no funciona a los demás, te estás condenando a repetir constantemente tus errores. Te bloqueas, te estancas en una actitud mental de reproducción del pasado.

La única solución que ves es la del castigo, con lo que te bloqueas aún más por el miedo que la espera sin fin del castigo te causa.


EFECTOS DE LA CULPA

El principal aterrador efecto por sentirte culpable desemboca en que construyes un mundo de ilusiones alrededor de esa tu creencia que tú interpretas como realidad. Así, te aíslas de los demás, que, a pesar de que te aman, no pueden hacerte comprender que te limitas y que te encierras en ti mismo.

Afianzas tu elección de la separación en dos actitudes:

. Identificándote con el miedo.
. Identificándote con el cuerpo.

Y tu creencia de que miedo y cuerpo son lo que tú eres, te instala en ese mundo de ilusión y te aísla. Observa los distintos aspectos de este proceso en los siguientes esquemas:

IDENTIFICACIÓN CON EL MIEDO

-Quieres que las cosas sean
como tú dices.


-En apariencia te parecen así
porque tu voluntad genera
las ilusiones adecuadas
para que así te lo parezcan.


-Sientes que has eliminado la
realidad y que tienes el poder
de construir un mundo a tu gusto.


Esto te produce miedo, ya que crees
que las ilusiones no dependen de ti
y que pueden volverse contra ti.


No puedes aceptar vivir en el terror,
por lo que entiendes que lo aterrador
es la realidad.



IDENTIFICACIÓN CON EL CUERPO


-Crees que puedes dar o recibir
algo externo a ti.


-Pierdes tu identidad.


-Sientes culpa por no ser quién eres.


-Transfieres la culpabilidad
desde tu mente a tu cuerpo.


Crees odiar a tu cuerpo.


Te engañas pues a quien odias es a tu mente, porque creyéndose culpable cree también estar separada de las otras mentes, lo cual es imposible.


Los cuerpos se te figuran
la fuente de la culpabilidad.


Por supuesto, tu personalidad se desarrolla en base a tu mundo de ilusión, con lo que tus acciones están determinadas por:

. Te sientes atacado por todas las personas. Nadie te comprende.
. Sientes ira hacia ti mismo y hacia los demás.
. Te angustias. No tienes confianza en tu proyecto de vida.
. Te sientes vacío.
. No tienes paz. Tus experiencias son conflictivas.
. Buscas el Amor que necesitas, a la vez que lo rechazas.
. Ni te aceptas ni entiendes a los demás.


Hasta que no te decides por elegir para tu sistema de pensamiento el Amor, estás sumergido en tu propia inconsciencia, como apunta Bernabé Tierno:

La culpa se constituye en mecanismo de justificación, como si el hecho de sentirnos muy culpables nos librara de la responsabilidad de corregir nuestro mal comportamiento. (Tierno, 1992 (II),164)

2 comentarios:

J. G. A. dijo...

Muy buen artículo, me sirvió muchísimo, saludos desde México...

Unknown dijo...

Muy buen articulo, me ha servido para entenderme mejor. Gracias.